Adolfo Enrique Herrerea / Alcaldía de Bucaramanga
En medio de pólvora de alce y la alegría de niños y adultos, el Alcalde Social, Luis Francisco Bohórquez, legalizó el barrio Guayacanes en la comuna 16 de la ciudad.
Adolfo Enrique Herrerea / Alcaldía de Bucaramanga
250 familias llevaban décadas luchando por obtener mejores condiciones de vida. Emocionado por el logro alcanzado, Lino Mosquera Quiroga, presidente de la Junta de Acción Comunal, dijo que “ya somos parte del mapa político del municipio. Es un día trascendental para nosotros, un día histórico. Gracias al Alcalde y a su equipo de trabajo”.
Lino Mosquera Quiroga, presidente de la Junta de Acción Comunal Guayacanes
Con la legalización, los habitantes gozan de servicios públicos domiciliarios y pueden acceder a demás beneficios y programas ofrecidos por la administración municipal como las obras comunitarias.
“Es una bendición porque todo vamos a constituir una comunidad por la parte legal. Estamos muy contentos y unidos con la esperanza de que todos trabajemos por el bienestar colectivo”, manifestó Inés Jaimes de Prada, habitante de los Guayacanes.
Inés Jaimes de Prada, habitante
El premio a 50 años de lucha
Hace 50 años, Pablo Antonio Carvajal Sandoval, en ese entonces un adulto que rondaba los 29 años, llegó al sector y compró un predio.
Durante las cinco décadas que han transcurrido, construyó su vivienda y de a poco, gracias a su gestión frente a las diferentes administraciones, fueron adquiriendo algunos servicios públicos pero no la legalización de su barrio.
“Ahora tenemos este histórico encuentro y visita que no se había presentado por ninguna administración. Estamos complacidos por este gesto de buena voluntad de nuestro alcalde”, ratificó Pablo Antonio, el fundador de Los Guayacanes, con 79 años en la actualidad.
Pablo Antonio Carvajal Sandoval, fundador los Guayacanes
Inés Jaimes de Prada, con 65 años de edad y jubilada del magisterio, rememora el tiempo en el que esos terrenos eran dos fincas que le pertenecían a dos familias. “Con el tiempo ellos fueron dividiendo la tierra y vendiéndola”, dijo.
Inés Jaimes de Prada, habitante
Hoy la alegría es inmensa porque la legalización implica, además de mejor calidad de vida, la valorización de sus viviendas y el legado para sus hijos.
Andrea Carolina Gómez - Nathalia Mantilla Rodríguez/Prensa /Alcaldía de Bucaramanga
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