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lunes, 28 de julio de 2014

¿De dónde provienen los nombres raros de los municipios colombianos?



Mariquita - Tolima
La singularidad de los nombres de los municipios de Colombia, van de lo poético a lo simpático y hasta lo aparentemente incomprensible. Sin embargo rastrear el origen de sus bautismos es encontrarse con la historia de las 3 culturas que se mezclaron tras la llegada de las carabelas que encabezó Colón. Tal es el caso de Mariquita en Tolima, de Mogotes, Chipatá, y muchos más.

Fundado en 1551, Mariquita es uno de los más sonoros municipios de Colombia,pronunciar su nombre es por obvias razones una especie de afrenta a las buenas costumbres del lenguaje.

 Sobre el origen de su nombre hay versiones varias, todas asociadas a vocablos indígenas de la época prehispánica. La principal cuenta que a la llegada de los españoles los indígenas se pusieron a gritar el nombre de su cacique: Malchita, pero en el alboroto lo que entendieron aquellos fue mariquita. Aunque el nombre completo del municipio es San Sebastián de Mariquita, su gentilicio es mariquiteños.

Los nombres raros de los municipios colombianos están entre lo poético y lo simpático, y van hasta lo aparentemente incomprensible. Entre los primeros aparecen nombres como Ponedera, El Difícil, Lloro, Distracción, Agrado, Solita, Soplaviento, Confines, Donmatías, El Águila, El Bagre, El Guacamayo, Pajarito, Ovejas, Moñitos, La Esperanza, y de cuyo bautizo cualquiera podría suponer o al menos sugerir los motivos que guiaron a sus fundadores.


Pinchote - Santander
El segundo grupo es más amplio, y sería difícil elegir el más singular: Divuya, Cuaspud, Abriaquí, Ebéjico, Vegachí, Usiacurí, Pinchote, Pivijai, Sutamarchán, Sutatausa, Sutatenza, Yotoco, Beteitiva, Busbanza, Firavitoba, Jenesano y Oicata, Astrea, Bituima y Tarapacá, entre muchos otros.

Rastrear su origen es casi siempre toparse con la historia de lo que fue el encuentro de 3 culturas: españoles, africanos y nativos prehispánicos, tras la llegada de las carabelas que encabezó Colón, pues no todo sucumbió por la imposición de la espada o de la cruz.

Algunos de estos nombres singulares son sobrevivientes de vocablos indígenas y africanos o de legendarios personajes de estas razas, y hacen de esta manera honor a la mezcla de culturas que le da su toque a la identidad nacional. 


Oiba - Santander
En Santander, muchos de sus municipios provienen de esta tradición.  Mogotes significaba para los nativos de estas tierras “baño en el riachuelo que nace en el boquerón de la sierra”, y su nombre supervivió hasta hoy. Oiba, recibió su nombre del cacique que regía el territorio a la llegada de las huestes españolas en 1540. Mismo caso es el del municipio de Chipatá, cuyo cacique era Chipatá, y  Onzaga que proviene de su cacique Hunzaá.

Hace algún tiempo circuló en internet un simpático listado, que se hizo viral, sobre los pueblos que deberían cambiar su nombre, ninguno de ellos colombiano. La lista de 15 incluía lugares como: Kagar (Alemania), Zorra (Cánada), Puta (Azerbaiyán), Vagina (Rusia), Condom (Francia), Bastardo (Italia), Golfa (Gales), Joder (Estados Unidos), Salsipuedes (Argentina) y  6 más.

Sandra Ortiz/Prensa y Comunicaciones/ Secretaría de Educación

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