Por Silvia Johanna Camargo, directora del Invisbu
Durante los últimos años Bucaramanga se ha caracterizado por tener un alto nivel de desarrollo urbanístico, sin embargo, existen sectores que presentan esquemas ineficientes de ocupación, zonas deterioradas por el tiempo, la contaminación, el ambiente y el descuido de los ciudadanos. Entre ellos se encuentran los barrios Comuneros y Chapinero de la comuna tres, un espacio que se pretende recuperar a través del denominado proyecto de renovación urbana Ciudadela Santo Tomás.
La Administración Municipal y el Instituto de Vivienda de Interés Social y Reforma Urbana de Bucaramanga, Invisbu, reactivaron este proyecto (antes llamado de renovación urbana Parque Comunero), como una estrategia para propiciar el desarrollo urbano de una ciudad que ha agotado su territorio desarrollable y reducir el déficit habitacional. Esto se logra implementando programas de vivienda nueva de interés social que superen el tradicional enfoque de localizar estos desarrollos en las periferias urbanas por el bajo costo de la tierra, generando un gran impacto en la transformación y superación de las nuevas familias que lleguen allí a residir.
La Ciudadela Santo Tomás se ha concebido como un proyecto urbanístico enfocado en suplir la necesidad de vivienda de la capital santandereana, el cual se encuentra dentro de los objetivos estratégicos del Plan de Desarrollo ‘Bucaramanga Capital Sostenible’, que apunta a la reactivación socioeconómica y cultural, así como a la sostenibilidad ambiental y ordenamiento territorial.
El propósito es construir alrededor de 4.000 viviendas con tres tipologías de apartamentos, con zonas de recreación, comercio, esparcimiento social (jardines y canchas) y parqueaderos, para mejorar las condiciones actuales urbanas y humanas.
De acuerdo con estudios realizados, la inversión es superior a los 500 mil millones de pesos, para lo cual se requiere de un modelo asociativo público – privado que permita llevarlo a cabo, donde el proyecto sea beneficioso para los actuales propietarios de inmuebles, arrendatarios, inversionistas y la ciudad.
Es claro que Bucaramanga requiere desarrollar no solo este proyecto de renovación urbana, sino otros más para revitalizar sectores en los que su transformación constituya el mayor potencial de generación de suelo para llenar las expectativas de crecimiento de la ciudad, con el valor agregado de una ubicación privilegiada para la movilidad, acceso a los servicios comunales, bajos costos de desarrollo de infraestructura de servicios y control a la expansión de la periferia urbana y ocupación de tierras rurales que se ha venido registrando desde tiempo atrás. Así se generaría un modelo de ciudad compacta, segura y con mayor calidad de vida para nuestra población.
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