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domingo, 27 de julio de 2014

Aquileo Parra no ha sido el único Presidente de la República que ha tenido Santander, la historia reconoce también a Fernando Serrano Uribe


Fernando Serrano Uribe fue un abogado y militar patriota santandereano (Cácota de Matanza, hoy Matanza, 1779 -1819); Presidente de la República en 1816. Hijo de Pedro Javier Serrano y Durán y doña Antonia de Uribe y Mantilla, nació en el seno de una familia distinguida de Girón, Santander, que se radicó luego en Piedecuesta.

Su partida de bautizo reseña su nacimiento en la población de Cácota de Matanza (hoy Matanza). Estudió derecho en la Universidad del Rosario de Bogotá y regresó a Girón para administrar los negocios familiares, donde conoció a Rosa Calderón Estrada, hija de una prestante familia santandereana con quien contrajo matrimonio.

Residente en Piedecuesta, después de la declaración de independencia de Pamplona, el 4 de julio de 1810, se consagró al servicio de la causa, unas veces como militar y otras como gobernante.

De temple espartano y con fama de valiente, en 1812 comandó las fuerzas piedecuestanas que repelieron el ataque de las realistas de Girón, a las cuales vencieron en el sitio llamado Mensulí (actualmente en Floridablanca).

Serrano fue nombrado gobernador y capitán general de la antigua Provincia de Pamplona, utilizó sus influencias y capacidades en la organización y aprovisionamiento de ejércitos patriotas.

A principios de 1813 participó en la reconstrucción del batallón que, a órdenes del coronel Manuel Castillo y Rada, derrotó el 13 de abril en Venezuela al realista Ramón Correa; igual ayuda prestó al brigadier escocés Gregor McGregor, en la conformación, dotación y avituallamiento de un nuevo cuerpo de tropas de cerca de dos mil hombres.

Creador del gobierno de
la Provincia de Pamplona
A comienzos de 1815, aún en medio de las acciones de guerra, Serrano presentó un proyecto de Constitución para el gobierno de la Provincia de Pamplona ante el cuerpo legislativo, que a instancias suyas se reunió allí, el cual fue aprobado con leves modificaciones.

Esa Constitución muy liberal y admirable, según don Victoriano de Diego Paredes, yerno del autor, entraña los más avanzados principios sociales de libertad, de democracia de progreso y civilización universal [...] consagra la libertad de los esclavos en términos más amplios de los que se formularon en la Constitución expedida en el año 21, por el Congreso de Cúcuta.

Luego de ese interregno civilista (derrota de los patriotas a finales de 1815 en la acción de Bálaga o Chitagá (comandada por el venezolano Rafael Urdaneta e instigada por el gobernador Serrano) permitió a las tropas españolas, dirigidas por Sebastián Calzada, llegar hasta Cácota de Matanza.

En Piedecuesta se instaló entonces el cuartel general del ejército de la resistencia, con casi 2.500 hombres al mando de Custodio García Rovira.

Al comenzar 1816 se movilizaron por órdenes del gobierno central, y el 8 de febrero obtuvieron la primera victoria, seguida durante los días 21 y 22 de una terrible derrota en el cerro de Cachirí, tras la cual se abrió a Pablo Morillo, el camino hacia Santafé.

Profundamente comprometido con su causa, Serrano debió vender sus bienes personales incluida la ropa, despedirse precipitadamente de la familia, y al mando de una pequeña tropa, marchar a Casanare, donde los patriotas se habían dado cita para organizar un gobierno y mantener el ideal de la república.

Nombrado Presidente

En noviembre de 1815 el ejército realista tomó Cácota de Matanza en la acción de Chitagá, por lo cual Serrano tuvo que establecerse en Piedecuesta, y en febrero de 1816 cayó derrotado en la batalla de Cachirí, tras lo cual debió vender sus bienes y partir al Casanare, dejando a su familia para reunirse con los patriotas, donde fue designado Presidente de la República por la junta.

También fueron nombrados Francisco Javier Yáñez, como ministro secretario, a los Generales Urdaneta y Serviez, como Consejeros de Estado, y al coronel Francisco de Paula Santander, como jefe del ejército.

En septiembre, cuando la oficialidad venezolana proclamó a José Antonio Páez como jefe del ejército, éste asumió el mando total.

Con el grado de teniente coronel, Serrano Uribe continuó luchando a su lado; Páez habría de reconocerle su bondad, su modestia y su heroico valor en un manifiesto publicado en Nueva York hacia 1835.

Durante la reconquista española, la esposa del prócer, Rosa Calderón Estrada, y sus cuatro hijos: Silvestre, Francisca, Juan Estanislao y Rudecinda, el mayor de los cuales tenía ocho años, emigraron caminando hacia el sur del país, donde se mantuvieron ocultos por algún tiempo; reconocida ella en Bogotá poco después, pagó cárcel en Girón, de donde fue liberada por el triunfo de Boyacá en 1819.

La familia nunca volvió a reunirse. Fernando Serrano Uribe fue herido en combate y continuó sirviendo en el ejército después de la victoria de Simón Bolívar sobre los españoles. Fue designado para participar en el Congreso de Angostura, pero cuando era conducido a la actual Ciudad Bolívar tuvo que detenerse en Ciudad Guayana, donde falleció.

Ficha Bibliográfica

Biblioteca Virtual del Banco de la República Gutiérrez, José Fulgencio. Santander y sus municipios. Bucaramanga, Gobernación de Santander, 1990. Harker, Simón S. "A propósito de una fiesta". Páginas de historia santandereana, Biblioteca Santander, Volumen VII (Bucaramanga, 1933), p. 95. Paredes, Victoriano De Diego. "El coronel Fernando Serrano". Papel Periódico Ilustrado N- 43, año n, p. 301, Gran Enciclopedia de Colombia del Círculo de Lectores.

Investigación: Ing. Helí Fiallo Oviedo / Prensa y Comunicaciones / Alcaldía de Bucaramanga

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