Ojos: Deben estar presentes, es decir, que ocupen toda la cavidad orbitaria y sean transparentes, firmes, brillantes, salientes y de pupila oscura.
Branquias (agallas): Del rosado al rojo intenso, húmedo y brillante, con apariencia homogénea, sin sustancias viscosas, y con olor suave a mar.
Músculos (carne): Debe ser firme y elástica al tacto, bien adherida a los huesos y que no se desprendan de ellos al ejercer presión con los dedos; color propio, con superficie de corte brillante.
Olor: Agradable, con aroma marino.
Escamas: Unidas entre sí, bien adheridas a la piel, con brillo metálico, no viscosas.
Cavidad abdominal: Completamente eviscerada y limpia, superficie sin desgarres, lustrosa.
Piel: Firme, húmeda, tersa, adherida al músculo, sin arrugas ni laceraciones, color y apariencia propia de la especie.
Aletas: En buen estado, completas, sin rasgaduras, no deben presentar laceraciones o rupturas.
Diana Marcela Hurtado / Prensa y Comunicaciones / Secretaría de Salud y Ambiente
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