Foto: Suministrada / Alcaldia de Bucaramanga
La señora Marisol Villa Tapias, quien hasta el pasado 14 de enero se dedicaba a vender minutos en una chaza que instalaba en cualquier calle de la ciudad, le agradeció a Dios la oportunidad de capacitación para mejorar su vida y haber utilizado al Alcalde Social como su instrumento.
Este parece ser el consenso general entre las 50 ex vendedoras ambulantes que acaban de graduarse en estética y belleza, cuando se les pregunta por los artífices de los cambios suscitados en sus vidas en los últimos meses.
“Todo lo que he vivido de este tiempo para acá, desde la reubicación, es un beneficio muy bueno para mí, porque tenía puertas que estaban cerradas, pero el Señor las ha abierto y le doy gracias porque Él uso al Alcalde”.
No me siento mal, me siento bien, porque todo esto que he recibido son cosas nuevas para mí, quiero aprender, aplicarlas y ejercer esto que me han enseñado”, insistió con humildad.
Marisol Villa Tapias, ex vendedora ambulante.
“¡No moriré como vendedora ambulante!”
Foto: Suministrada / Alcaldia de Bucaramanga
“De pronto uno quiere estar en un solo lugar, como que no quiere surgir… como que siempre piensa que es vendedora ambulante y tiene que morir como vendedora ambulante y que mis hijos, mis nietos y bisnietos sigan lo mismo”
Raquel considera que este curso es bueno porque a través de él aprenderá a tener “otras entradas y alternativas para surgir y de eso también puede vivir mi familia…”
Raquel Mantilla, ex vendedora informal
Carlos Ibarra / Prensa y Comunicaciones / Alcaldía de Bucaramanga
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