Foto: Juan Carlos Chío / VANGUARDIA LIBERAL
Solo en Bucaramanga se estima que hay 9 mil 300 personas con alguna discapacidad, muchos de los cuales son usuarios frecuentes del Sitm.
Una de ellas es Gladys Hernández, una mujer de 54 años que nació con una enfermedad que le impidió caminar desde su niñez.
“Para mí, Metrolínea ha sido una bendición. Antes ni siquiera podía salir de la casa, porque la única forma de movilizarme era en taxi”, cuenta esta humilde mujer, madre de un adolescente, quien tiene que subsistir a punta de rifas y de la venta de ayacos.
Esta redacción la acompañó en un recorrido por la ciudad el pasado jueves en la mañana, cuando salió de su casa, ubicada en el barrio Zapamanga IV Etapa, rumbo al barrio Girardot, donde fue a visitar a una amiga.
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