Foto: Archivo / Alcaldia de Bucaramanga
Un total de 119 visitas de Inspección, Vigilancia y Control a igual número de expendios de productos cárnicos y lácteos, para verificar las condiciones de la cadena de frío, fueron practicadas durante las últimas horas por parte de funcionarios del Grupo de Saneamiento de la Secretaría de Salud de Bucaramanga.
Las diligencias se adelantaron en la plazas de mercado Central, Guarín y San Francisco y en ellas participaron 19 funcionarios, entre técnicos del área de la salud, administrativos, contratistas y conductores comisionados por la propia Secretaria de Salud y Ambiente, Claudia Mercedes Amaya Ayala.
De acuerdo con las actas levantadas en el operativo sorpresa desplegado por los funcionarios de la entidad municipal, se concluye que los resultados son altamente satisfactorios en la Plaza Guarín, aceptables en San Francisco y precarios en la Central.
Mientras en Guarín se comprobó que la gran mayoría de los locales cumple cabalmente con la dotación de los elementos para la conservación de alimentos de alto riesgo y se cumple con la cadena de frío, conservación y manejo higiénico de la carne, en San Francisco cumplen con lo primero pero fallan en lo segundo y en la Central fallan en ambos aspectos.
Claudia Mercedes Amaya
“Desde el año pasado hemos venido citando a cada uno de estos comerciantes explicándoles que la norma existe hace más de treinta años, que desafortunadamente en Bucaramanga no se había hecho una exigencia rigurosa de esta medida, pero que es el interés de la administración del Alcalde Luis Francisco Bohórquez, que ellos se ajusten y que Bucaramanga sea una ciudad líder por el cumplimiento de la cadena de frio”, explicó la Secretaria de salud y Ambiente, Claudia Mercedes Amaya Ayala.
La funcionaria sostuvo que un gran porcentaje de vendedores de las plazas de mercado ya adquirieron los refrigeradores adecuados, pero pese a que a ello, siguen izando la carne en ganchos exponiéndolas a las macropartículas del medio ambiente, bajo la equivocada justificación de que el consumidor sí no la ve colgada cree que no es fresca.
“Desafortunadamente el usuario tiene una cultura arraigada de querer tocar, de meterle la uña a la carne y esto está afectando las ventas”, dijo la Secretaria de Salud de Bucaramanga.
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