Por Héctor Gómez Kabariq
Quienes creían que Lucho Bohórquez Pedraza como Alcalde de Bucaramanga no sería capaz de erradicar las ventas callejeras del centro de la ciudad, tuvieron que ir a ese sector hace un par de días para comprobar lo contrario.
Quienes lo conocemos desde sus comienzos en la política no nos sorprendimos. Lucho es un hombre de autoridad.
Tras varias décadas de anarquía y permisividad durante las cuales los vendedores ambulantes y estacionarios se apoderaron de calles, andenes y parques, el centro de Bucaramanga ha vuelto a ser un espacio público para el disfrute de toda la ciudadanía. Al margen quedaron los avivatos que hasta demarcaban y vendían el pavimento, amén de legarlo como si fuese una herencia legítima.
Quedaron por el suelo las prevenciones de quienes afirmaban que como Lucho y su Secretario del Interior René Garzón habían gozado antaño del favor electoral de estos invasores, no harían cumplir la ley. El lema de “cultura con autoridad” trazado por esta administración municipal se impuso.
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