Foto:Carolina Muñoz / Alcaldia de Bucaramanga
El Alcalde social, Luis Francisco Bohórquez Pedraza, anunció el pasado lunes el primer paso en firme que conducirá a la salvación definitiva de la Empresa Municipal de Aseso de Bucaramanga, EMAB.
¿Qué hay detrás de las decisiones que allí se tomaron? ¿Por qué el optimismo con que la Administración Municipal mira esas determinaciones, surgidas tres meses después de una ardua y difícil negociación?
Las respuestas están en lo dicho por el Alcalde y el gerente de la EMAB, Samuel Prada Cobos, durante la rueda de prensa realizada para hacer el anuncio.
La primera de ellas, tal vez la más importante, es que se llegó al diálogo sin haber disparado un solo tiro. Es decir, se sentaron a conciliar el operador, con sus intereses, y el Alcalde, que honraba un compromiso hecho en campaña: la defensa de lo público.
Bohórquez seguía la ruta señalada por él mismo. Al llegar al Palacio Municipal su defensa de lo público se consignó como uno de los ejes del plan de desarrollo. Y al final materializó el anhelo de los bumangueses de preservar la empresa para todos.
Lo último que hubiese podido pasar era que la Administración Municipal llegase a negociar vestida de arrogancia y sin medir las consecuencias de su actitud. “No tenemos soberbia en ese sentido”, afirma Prada Cobos.
Los negociadores debían manejar el tema con guantes de seda. El conflicto de intereses entre las dos instituciones, una estatal y la otra, multinacional privada, “hacía imposible inclusive sentarse a negociar”, reconoció el Gobierno Local.
Como estrategia, se evitaron a toda costa decisiones unilaterales que a largo plazo perjudicarían a la empresa. El objetivo: evitar un largo litigio jurídico con la multinacional. Eso habría acarreado que la EMAB quedara en un limbo jurídico, tal vez por varios meses o años y en consecuencia ningún otro inversionista se interesaría por la entidad.
Sería el desastre, la EMAB estaría envuelta en disputas de tribunales, sin sostenibilidad económica y sin posibilidad de ofertarse. “Significaría su muerte por el impedimento de realizar alianzas estratégicas a futuro”, advierte Prada Cobos.
Pero el equipo de negociadores, coordinado por el Gerente, siguió las directrices del alcalde Luis Francisco Bohórquez y logró recuperar para la EMAB algo impensable hasta hace unos meses y que incluso fue calificada como “una ingenuidad”.
El Gobierno Municipal promete que tal y como van las cosas, la empresa de aseo de los bumangueses logrará su punto de equilibrio a 31 de diciembre de este año, se garantiza su sostenibilidad financiera y, en consecuencia, se borra el fantasma de la liquidación y sobre todo, tiene la posibilidad de brindar un servicio de calidad.
No se trata sólo de una ilusión. La gerencia de la EMAB hace las siguientes cuentas: antes de negociar: la entidad perdía cada mes $450 millones de pesos. Con el arreglo logrado en la negociación con Aseo Chicamocha S.A., la caída mensual será sólo de $30 millones de pesos.
Además la EMAB recupera el 44% de la gestión comercial, lo que le representa un ingreso adicional de $35 millones y se le garantiza una utilidad neta de $150 millones.
Foto: Adolfo Enrique Herrera / Alcaldia de Bucaramanga
Asegurado capital humano y cultura ciudadana
El horizonte de la empresa parece asegurado. Y sobre todo su capital humano, gracias a la política de responsabilidad social en que está empeñada la EMAB.
Debido a ella, cinco habitantes de la calle trabajarán en el centro de la ciudad, en una estrategia de inclusión que no dudó en ayudarles a obtener documentos de identificación.
También se benefician 10 colombianos vinculados al programa de la Agencia Colombiana para la Reinserción, 15 ambulantes que aceptaron la invitación del Gobierno Social para devolverles el espacio público a los bumangueses y cinco vendedores en semáforos para apoyar la estrategia de cultura ciudadana.
Y sobre todo se les garantiza el sustento a 127 familias cuyos jefes de hogar tienen empleos directos con la EMAB.
Ahora todo depende de los pasos administrativos y ejecutivos que den los directivos de la empresa.
Carlos Ibarra/Prensa/Alcaldía de Bucaramanga
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