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lunes, 22 de junio de 2015

“Los anhelos de tener algún día casa propia, hoy se hacen realidad”: beneficiarios


Adolfo Enrique Herrera / Alcaldía de Bucaramanga
Hace cerca de ocho años, Alcira Páez Durán, una mujer emprendedora de 42 años de edad, salió del municipio de Arauquita, Arauca, desplazada por la violencia. Solo pudo llevarse consigo a sus dos hijos.

Cansada de las injusticias de los grupos armados ilegales en esa zona del país, Alcira partió con el anhelo de un futuro mejor hacia Bucaramanga, su ciudad de origen.

“Estuvimos pagando arriendo, y a veces pasando un poco de dificultades”, pero siempre con la ilusión de algún día ser propietaria de una casa y brindarles mejores oportunidades a sus hijos. En esa búsqueda incesante decidió apostarle al proyecto de vivienda de la Alcaldía de Bucaramanga, dirigido a las víctimas del desplazamiento.

Fue un largo tiempo de espera y ansiedad por no saber la hora en que tendría su casa. “Hoy, gracias a Dios ya nos entregan este apartamento, que nos va a dar un cambio de vida al 100 %. Los anhelos que teníamos de algún día poder tener casa propia, se hacen realidad”, cuenta con alegría Alcira Páez Durán, al lado de su familia, también feliz por tener un techo propio.

Alcira Páez Durán

La alegría de Aydé Acevedo Cañas


Adolfo Enrique Herrera / Alcaldía de Bucaramanga
Aydé Acevedo Cañas salió desplazada de una finca que cuidaba junto a su esposo y tres hijos, en Villavicencio, Meta. “Allá no teníamos agua, ni nada”.

Tras este episodio llegaron a la “Ciudad Bonita” e hicieron de su vivienda: una casa de “tablitas y piso de tierra. A lo pobre”, recuerda la humilde mujer.

Más adelante y después de años de lucha, ella y su familia salieron beneficiados con el proyecto de solución de vivienda, Altos de Betania Fase II. “Tanto tiempo esperando la vivienda, y yo dije: ´de pronto toca seguir esperando´… Hasta que me llamaron. Es una gran alegría”, recuerda Aydé.

Ella sabe que gracias a esta oportunidad sus hijos tendrán mejor calidad de vida y empezarán nuevos proyectos.

Ahora mismo “nosotros no tenemos nada, por ahí la camita y las cositas, pero bueno, poco a poco Dios nos va ayudando para poder tener las cosas”, asegura con tono de voz entrecortado, producto de la emotividad del evento de entrega de las 300 viviendas.

Aydé Acevedo Cañas

La llamada que encendió las ilusiones de Leidy

Hace más de diez años, en una vereda cercana a Cerro Azul, Sur de Bolívar, Leidy Johana Paredes vivía su propio drama junto a sus dos hijos y su esposo, por cuenta del desplazamiento forzado.

De un día para otro tuvo que dejar las actividades del campo para intentar sobrevivir en una ciudad que no conocía. “Nosotros compartimos apartamento, vivimos en una pieza. Es complicado”, recuerda Leidy.

Así sucedió, una y otra vez, hasta el día en que una llamada volvió a encender sus ilusiones al escuchar que en pocos días recibiría las llaves de su apartamento. “Anoche no era capaz de dormir esperando que fueran las 5:00 de la mañana para madrugar y venirnos con mi familia”.

Corta de palabras por la emoción, sabe que sus vidas serán mejores. “No hay palabras para expresar la felicidad que cada persona siente, ahora, con este merecido apartamento que nos entregan, será mejor todavía. Llevamos 10 años pagando arriendo. Salimos beneficiarios hace 7 años. Yo me siento feliz. La voy a disfrutar con mis dos hijos y mi esposo”, dijo Leidy.

Leidy Johana Paredes, desplazada Cerro Azul, sur de Bolívar.

Andrea Carolina Gómez - Jonathan Smith Duque / Prensa y Comunicaciones /Alcaldía de Bucaramanga

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