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lunes, 27 de abril de 2015

La convivencia ciudadana es un compromiso de los bumangueses

Desde la política pública establecida por el Alcalde Social, Luis Francisco Bohórquez Pedraza, el programa Tolerancia en Movimiento desarrolla estrategias de convivencia pacífica y cultura ciudadana para hacer de Bucaramanga un sitio más seguro, habitable y con mejor calidad de vida.

La intolerancia cobró más de 130 vidas durante 2014 en el área metropolitana de Bucaramanga. De ese total, más de 115 muertes se originaron en peleas callejeras, más de una docena por riñas entre parches o pandillas, y el resto por diferencias entre parejas o hermanos.

En total, esos índices representaron cerca del 81 por ciento de los homicidios registrados durante el mismo periodo. Preocupado por estas alarmantes cifras, el Alcalde Social, Luis Francisco Bohórquez Pedraza, puso en marcha con su equipo de Gobierno la estrategia Tolerancia en Movimiento, desde el mismo momento en que asumió la Administración.

Se trata de un programa encaminado a desarrollar y difundir estrategias de convivencia pacífica y cultura ciudadana desde diferentes frentes,  según explica el secretario del Interior, César Alfonso Parra Galvis.

“El sentido que tiene este programa es generar un ambiente de convivencia entre los ciudadanos de Bucaramanga”. Como política pública, explicó, busca prevenir y solucionar de forma pacífica diferentes situaciones de intolerancia que puedan presentarse en la ciudad.
“Nosotros revisamos nuestras cifras de criminalidad, específicamente lo que tiene que ver con homicidios, riñas y lecciones personales”, señaló Parra Galvis.

Estas situaciones, dijo, se presentan por falta de tolerancia e irrespeto a las normas de convivencia, tanto así, que la Administración trabaja desde las bases, es decir, se trata de impactar en gran medida a los jóvenes, haciendo participes a los mismos ciudadanos en el mejoramiento de la seguridad.

Para 2014 fueron más de 100 mil ciudadanos quienes se beneficiaron de esta estrategia, según datos entregados por la Secretaría del Interior, teniendo en cuenta que son 10 campañas las que velan por la convivencia ciudadana, para lo cual la Administración destinó 3 mil 394 millones 956 mil 150 pesos.

El Gobierno Social ha trabajado de forma constante en la elaboración y ejecución de esas campañas. Una de ellas, indica Parra Galvis, es “Jóvenes Tolerantes”, donde niños y niñas de colegios de los últimos grados son capacitados en términos de derechos humanos y normas de convivencia.

El Secretario del Interior afirma que en el compromiso de mejorar sus condiciones de seguridad y calidad de vida estas capacitaciones les permiten a los jóvenes establecer “cuáles son las conductas consecutivas de violencia intrafamiliar, para que sirvan de agente multiplicador en sus hogares”.

Así opina la Comunidad


Desde la perspectiva de la comunidad, algunas de las situaciones de intolerancia, son como lo menciona Jonathan Duarte, estudiante, “lo que estamos viendo con los vendedores ambulantes, también con los carros; por ejemplo los taxis que pasan por ahí, por la plaza de mercado, que se acumulan todos y no dejan pasar a la gente. Por ejemplo, en los centros de salud que no atienden rápido a las personas, y la discriminación hacia muchas personas”.


Para Asdrúbal García, empleado, “hay muchas situaciones de intolerancia, por ejemplo los conductores, tanto de motos como de vehículos. Igualmente la intolerancia de los peatones al cruzar las vías, o la intolerancia por el estrés de llegar ligero a un sitio de trabajo”.

Eso hace, asegura este ciudadano, que las personas se alteren y generen conflictos. Pero hay muchísimas más situaciones de intolerancia. Lo que hace falta es convivencia ciudadana, mejor comportamiento de todos frente a las circunstancias, mayor protección entre los mismos ciudadanos y mayor entendimiento”.


Román Macías, empleado, asegura que “los trasportadores y los choferes no respetan las cebras ni los semáforos, sobre todo los taxistas y los choferes de bus”.





Leidy Samaris, trabajadora independiente, cree “que las personas no respetan casi el semáforo en rojo, esperar que la luz amarilla pase, la alta velocidad, y pese a la cantidad de tráfico pasan casi sobre las personas, sin esperar. No tienen paciencia”.



Maritza Granados, empleada, dice que “el origen de los problemas que pasan por aquí, está en los borrachos peleando a toda hora”.

Sonia Patricia Pachón / Estudiante Practicante UDI / Prensa y Comunicaciones / Alcaldía de Bucaramanga

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